Etnias PAH RE LARGO

Con el incremento de relaciones entre naciones y gente, se ha vuelto mucho más común que maestros de distintos elementos formen familias juntos. Esto ha causado que las características comúnes de ciertas etnias se difuminen, así como algunas anomalías en la capacidad de sus descendientes para la maestría elemental.

Un descendiente de sangre pura (hijo de padres ambos de una misma nacionalidad) retiene las características de su etnia y tiene una afinidad mayor para la maestría de su elemento. Un mestizo, en cambio, no suele mostrar precisamente todas las características de su etnia, y tiene la capacidad de desarrollar maestría en ambos elementos, aunque con una dificultad un poco mayor.

Así mismo, un descendiente de sangre pura muy probablemente haya heredado el trasfondo cultural de sus padres, y un descendiente mestizo puede haber aprendido aspectos culturales de ambos padres. Por esto, es importante establecer las características culturales generales de cada etnia, recordando que el lugar de la crianza del personaje también afecta enormemente qué cultura haya adoptado.

A continuación las características culturales y físicas que pueden encontrarse en cada facción. Siendo que se trata de temas extensos, si sabes ya cual etnia conformará tu personaje, quizás te sea conveniente saltar directamente a esa sección.


Entre sus características físicas destaca principalmente un tono de piel tostada u oscura, contrastando con ojos azules o de otra coloración clara, tal como gris o verde agua. Su cabello tiende a ser castaño o negro. Poseen una alta resistencia a temperaturas frías, pues viven típicamente en climas polares, y una afinidad innata hacia el elemento agua. En estas tribus es costumbre llevar el cabello algo largo, tanto en hombres como en mujeres, aunque suele llevarse atado, recortado en patrones espefícos, o decorado con joyas y/o cuentas. Debido al clima en que las tribus del agua habitan, su vestimenta consiste en varias capas, incluyendo telas en las capas interiores y pesadas pieles en las exteriores. 

Políticamente, se organizan en tribus lideradas por el guerrero más fuerte y capaz, muy comúnmente de género masculino. En caso de ausencia o defunción, el miembro de mayor edad de la tribu puede tomar el liderazgo. Cada tribu funciona como una entidad independiente, encontrándose en pocas ocasiones a lo largo del año con miembros de otras tribus, pues tienen poca necesidad de organizarse en conjunto. Dentro de cada tribu, sus viviendas suelen ser construidas en hielo, nieve o telas pesadas, usualmente de una sola habitación o de ambientes pequeños.

Las tribus del agua substisten a base de pesca y cacería, principalmente, siendo muy adeptos en conservar alimentos a largo plazo y en aprovechar cada parte de una presa (carne, pieles, inclusive pezuñas y órganos). Son excelentes marineros y mercaderes. Entre las tribus del agua se valora la unión interpersonal, el tratar a cada miembro de la tribu como a familia y velar por el bien común en lugar del personal. Si bien pueden ser muy cálidos y hospitalarios hacia otros, tienden a mantener sus distancias emocionales respecto a extranjeros.

El valor de mayor importancia en la ideología de las tribus del agua es el CAMBIO Y MODIFICACIÓN, la capacidad de transformar cada suceso o hecho negativo en algo positivo, a través de una mente analítica y por sobre todo paciente. Nada se crea, pero tampoco nada se pierde; todo puede ser transformado y regresar.


Físicamente, son la etnia más diversa. En sus miembros pueden observarse tonos de piel variados, desde tez extramadamente pálida hasta profundamente morena. Sus irises son de color verde o marrón, y su cabello de color oscuro, ya sea marrón o negro. Poseen alta resistencia física, tanto al esfuerzo como al clima, y afinidad hacia el elemento tierra. Su vestimenta tradicional es bastante variada, aunque tienden a evitar la ropa ajustada al cuerpo. Así mismo, sus hogares y espacios públicos tienden a ser extremadamente amplios y grandes.

El Reino de la Tierra es una monarquía, liderada por un Rey de título hereditario. Posee, además, una milicia altamente organizada y muy numerosa, teniendo además facciones menores especializadas en ciertos tipos de combate o de operaciones. Su sociedad es altamente organizada, contando con trabajos remunerados, alto uso de dinero en contraste con casi nulo uso de trueques, y hasta distintos escalafones de privilegio social. En cualquier ciudad del Reino de la Tierra puede apreciarse la diferencia entre los barrios bajos, de estructura estrecha y poco decorada, con los barrios altos, de inmensos pasajes y jardines. Especialmente en su ciudad capital, Ba Sing Se.

El amplio y fértil territorio del Reino de la Tierra les permite subsistir a base de ganadería, pesca, agricultura y cualquier otra doctrina posible. Su gente es, a su vez, naturalmente variada, por lo que es fácil para cualquier clase de viajero moverse con comodidad en el Reino e inclusive encontrar hospitalidad; están más que acostumbrados a ver rostros nuevos y turistas que van y vienen. No obstante, es de tenerse en cuenta que el carácter de la gente de este sitio no se conoce como el más gentil o delicado, no por falta de amabilidad, sino más bien por falta de tacto. La reputación del Reino de la Tiera dicta que sólo los nobles aprenden modales y que el resto permanezcan bruscos y honestos como rocas escabrosas, pero esa es sólo reputación.

Después de todo, el elemento predominante en la maestría de la Tierra es la FIRMEZA Y CONSTANCIA, la persistencia que les permite imponerse y avanzar pese a cualquier impedimento que se presente en el camino. Un alma inquebrantable que continúe adelante encontrará, con suficiente esfuerzo, su triunfo.




Físicamente, un habitante de la Nación del Fuego puede reconocerse por sus ojos de llamativo color dorado, o de un castaño rojizo. Otros razgos notorios son su cabello oscuro, tono de piel variado con inclinación a pálido, alta resistencia a temperaturas elevadas y, por supuesto, afinidad hacia el elemento Fuego. En su vestimenta suele destacar la finura de las sedas raras, las costuras en hilo dorado y las piezas de oro y joyas que suelen llevar. Inclusive en el caso de los escalafones menores de la sociedad, sin acceso a tales lujos, es persistente el uso del color dorado y ropa que va desde protectiva, hasta extremadamente fresca y ligera.

Pese a llamarse Nación, su sistema político es más bien el de una autocracia, con un Emperador de poder absoluto e incuestionable cuyo título se obtiene de forma hereditaria, mas empleando un sistema guerrero en que el descendiente que aspira a ascender como Señor del Fuego debe ser capaz de derrotar al actual Señor. En su poderosa estructura militar se emplea comúnmente también (además de los sistemas normales de ascenso por mérito) un sistema de duelos oficiales para zanjar disputas y competencias de rango. Esta clase de duelos, conocidos como Agni Kai, son tratados como eventos extremadamente importantes y suelen ser observados por público, constituyendo una expresión cultural única de esta nación.

La cultura del Fuego es rica en toda clase de artes, doctrinas y haceres, dando muy alto valor a la educación e inculcando ideologías y códigos de honor fijos. Su aislamiento geográfico del resto del mundo (climas extremos, territorio difícil de cruzar) ha contribuido a que su cultura sea tan única y tan fuertemente arraigada, como también ha causado que la nación deba de involucrarse constantemente en importación y exportación, pues en su territorio los recursos naturales no abundan. Aún así, los viajeros no son comunes en esta área ni son recibidos con la mayor hospitalidad por un pueblo tan poco acostumbrado, y tan poco dispuesto a ser flexible frente a otras formas de pensar y actuar. Aunque, claro, la culpa de la anterior guerra ha recaído en los hombros de la Nación del Fuego y cualquier movimiento político y social es tratado con cautela estos días.

El concepto predominante en la ideología de este pueblo es el principio de la DESTRUCCIÓN Y CREACIÓN, la capacidad de retirar aquello que es pernicioso y volver a comenzar, renovando, renaciendo y reconstruyendo todas las veces que sea necesario. El poder que destruye es el mismo poder capaz de dar vida, y a veces resulta necesario limpiar y purificar, para poder comenzar algo nuevo y mejor.



Debido a que la doctrina del Aire es un estudio iniciado voluntariamente, sus discipulos tienden a ser grupos altamente diversos. Entre aquellos nacidos de Maestros Aire o en los territorios aledaños a sus templos pueden observarse, como escasos razgos distintivos, un tono de piel relativamente claro y ojos usualmente grises o de otras tonalidades opacas. Los estudiantes de la doctrina del Aire poseen marcas de coloración azul en sus cuerpos, dibujando flechas en distintos lugares de estos, y su salud y adaptabilidad tiende a ser considerablemente buena. Debido al carácter de su educación, la ropa que visten es extremadamente simple y modesta, a veces inclusive carente de calzado.

Y es que la enseñanza del Aire es, más que una cultura, una ideología mental y espiritual. Los templos en que se imparte son santuarios completamente aislados del resto del mundo, difíciles de encontrar y difíciles de acceder, en los cuales los estudiantes deben residir de forma permanente, retirándose sólo en asuntos oficiales, peregrinaciones o al término de su maestría. Al iniciarse en el camino del Aire, los estudiantes se desprenden de todas sus posesiones, de sus contactos con el mundo exterior y de todo vicio, iniciando un proceso de purificación mental dentro del contexto de una vida contemplativa y equilibrada. Sus ejercicios en la maestría del Aire se mezclan con meditación y búsqueda espiritual, así como el aprendizaje de variadas temáticas esotéricas, tal como el estudio del chakra y la reencarnación. La educación es liderada por monjes de ambos géneros, con un líder de mayor conocimiento actuando como director, aunque los alumnos sí son separados; las alumnas asisten a los templos Este y Oeste, y los alumnos al Norte y Sur. Además de los monjes y los demás estudiantes, la única compañía suele ser la de la vida animal, pues los maestros del Aire cuidan de la fauna local e inclusive domestican y utilizan algunas de las especies.

Los templos mayoritariamente se proveen a sí mismos de alimento y recursos, aunque se surten también de las donaciones de los pequeños pueblos bajo estos, a los pies de las inconmensurables alturas en que residen. Pese a su aislamiento con el resto del mundo, cuando se trata de interactuar con personas del exterior, los monjes del Aire son extremadamente hospitalarios y generosos, inclusive recibiendo viajeros perdidos o aceptando albergar huéspedes que lo necesiten por las noches.

El valor de mayor incidencia en la ideología del Aire es el de la ADAPTACIÓN Y TOLERANCIA, estableciendo que para avanzar, para superar desafíos y llegar a metas, el individuo no debe hacer más que adaptarse a cada obstáculo, modificándose y encontrando los caminos alternos en lugar de los establecidos. El camino correcto frente a una pared no es derribarla, sino pacientemente rodearla y proseguir.